Cuando el camión llega al muelle el conductor sabe qué entrada está disponible porque el semáforo coloca las luces en rojo o verde. A su vez, los operarios en el muelle también pueden ver una luz que les indica si se puede abrir o no la puerta. Luego, cuando el camión hace marcha atrás para estacionarse, es detectado por el radar medidor de distancia, que indica con el semáforo exterior si está lejos (luz verde) o si se acerca (luz ámbar). Además, este radar se acompañará con las fotocélulas de la entrada, que indicarán si el camión llegó, haciendo que el semáforo exterior lo marque (luz roja).

Cuando el camión llegó, el semáforo empezará a parpadear con luz ámbar para avisar al conductor que coloque el calzo en la rueda posterior del vehículo. Una vez colocado, el calzo activará una señal a la caja interna de interruptores para avisar a los operarios que ya pueden abrir la puerta, y en el muelle interior la baliza se pondrá en verde.